sábado, 1 de octubre de 2011

Punto de vista

Son las doce horas, un minuto y quince segundos en mi reloj de bolsillo, mi vida puede dar un cambio inesperado en pocos instantes. No estoy nervioso, mas bien cauto ya que no espero que ella venga, pero las indicaciones son estas “nos vemos en el infierno”, sigo esperando en la boca del metro.