viernes, 21 de enero de 2011

Buscamos

Buscamos, todos buscamos un lugar donde escondernos, donde nadie sepa nuestros defectos, donde nuestro propio mundo parezca algo más humano y los sentimientos bailen al compas de un vals, fluyendo en nuestra cabeza con una suave armonía.
Buscamos un motivo por el cual vivir cada día, ya sea por una insignificante acción, por un pequeño gesto, por un gran momento. Un motivo que aprendamos a guardar para que cuando creamos que hemos tocado fondo, fluya delante de nosotros como un pequeño haz de luz y nos saque una pequeña sonrisa de una boca, que segundos antes estaba abatida por los golpes de la vida.
Buscamos una pequeña meta para nuestro futuro, dando pasos en falso continuamente para encontrarla, tropezándonos con el hilo de la desolación, para volver a levantarnos y que el paso siguiente sea más fuerte y seguro que el anterior, paso a paso buscamos llegar a ese cartel donde indique el final del trayecto y podamos mirar atrás y reírnos de todos los obstáculos que no nos impidieron llegar hasta allí.
Finalmente buscamos un sitio tranquilo donde pasar nuestros últimos días de nuestra vida, un sitio donde nada ni nadie nos impida descansar en paz e irnos con el convencimiento de que al final encontramos todo lo que buscábamos, porque el camino no termina en lo que conseguiste sino en encontrar los sueños que realmente buscábamos y si no hemos sido capaces de encontrarlos bastara con levantar la cabeza con una gran sonrisa en la que se pueda leer "No encontré mis sueños pero sé que fui feliz buscándolos".

martes, 11 de enero de 2011

Lágrimas

Apoyado en una vieja escalera dejo caer unas lágrimas en el suelo sucio de la ciudad, estas lágrimas simbolizan la desesperación y la tristeza que invade mi vida cada vez que recuerdo el momento en el que te perdí.
Esas lagrimas desaparecerán como hiciste tú el día que te marchaste dejándome con un beso en la boca y una carta pidiendo libertad. Libertad, eso que pensaste que tuviste durante tanto tiempo y que ya no te pertenecía, ese sentimiento que te hacía ver y callar todas las veces cuando entraba por aquella puerta demacrada por la humedad. Y yo sin saber de tu agonía seguia persuadiendo tus sentimientos para hacerlos míos.
Yo no sabía nada. Yo solo quería un mundo en el que tu y yo se cambiase por un nosotros, donde lo máximo que nos separase fuese el aire que respirábamos y que nuestros problemas se quedasen en pequeñas anécdotas cuando las afrontáramos juntos en el silencio de nuestro hogar.
Pero todo ha cambiado, solo espero que estés escuchando mi arrepentimiento a todo este desorden que hice en tu vida caótica y que podamos tener un segundo cero en nuestras vidas sin cometer los errores del pasado donde un presente labre un futuro de buenos momentos para los dos.
Vuelvo de mis pensamientos y noto que aquellas lagrimas también marcharon, con amargura me levanto y sigo bajando las escaleras, entre la ruidosa y metropolitana ciudad escucho el ruido de mi móvil, alguien llama, miro y siento otra pequeña lágrima recorriendo mi cara...eres tú.